1. Introducción

En este estudio se pretende exponer la situación actual de los derechos de propiedad de los bienes inmuebles rurales, principalmente bienes baldíos.

Se parte de la base de los regímenes que han existido, sus principales características, su estado actual, la productividad económica de los mismos en determinadas regiones del país, su seguridad jurídica y se planteará una propuesta de mejoramiento que podría obtener mejores resultados, tanto sociales como económicos, soportado en la experiencia del autor y en los diversos estudios que se han efectuado sobre el tema a nivel mundial.

Se entiende por bienes baldíos aquellos bienes que se encuentran al interior del territorio nacional y que carecen de un título traslaticio otorgado legítimamente por el Estado a una persona determinada.

El tema de los predios rurales baldíos es un asunto que puede incidir a nivel nacional en aspectos sociales, políticos, económicos y ambientales[1], entre otros; resaltando aspectos como la contribución en la generación de oxígeno, preservación de las cuencas hídricas, el control de los cultivos ilícitos, los procesos de paz y la sostenibilidad alimentaria, bajo la consideración de la institución agraria de la Unidad Agrícola Familiar (UAF).

Es importante tener en consideración la seguridad de los derechos de propiedad y las expectativas que tienen los tenedores de los terrenos baldíos en Colombia y observar cómo esto incide desarrollo productivo de estos predios.

Es importante resaltar que Colombia se caracteriza por tener amplias extensiones de tierra no explotadas, de acuerdo a las cifras que se expondrán más adelante.

Si éstas contaran con una destinación correcta, unos derechos de propiedad seguros y se promoviera la ejecución de políticas agrarias de desarrollo sostenible se lograría acabar con muchos flagelos como la desnutrición, el alto índice de necesidades básicas insatisfechas, la delincuencia y el riesgo ambiental de los recursos no renovables.

Según cifras del Banco Mundial, Colombia tiene una superficie de un millón ciento cuarenta y un mil setecientos cincuenta kilómetros cuadrados (1.141.750 km²), de los cuales son área de tierra un millón ciento nueve mil quinientos kilómetros cuadrados (1.109.500 km²); se tiene un área selvática de seiscientos cuatro mil novecientos noventa kilómetros cuadrados (604.990 km²), correspondientes al 54% del total del área de tierra; del porcentaje restante se tienen cuatrocientos veinte seis mil ciento cuarenta kilómetros cuadrados (426.140 km², año 2008) de tierras agrícolas reportadas correspondientes al 38.2% del total de área de tierra.

Con lo anterior se evidencia que no se tienen reportes de setenta y ocho mil, trescientos setenta kilómetros cuadrados de tierra (78.370 km²), correspondientes al siete por ciento del total de la tierra en Colombia, que es igual a siete millones ochocientas treinta y siete mil hectáreas (7´837.000 has).[2]

Según estadísticas del DANE, del año 2005 al año 2015 se ha visto una reducción en la participación de la agricultura en la generación de empleo total, de acuerdo como se observa en la siguiente gráfica. Lo anterior es preocupante pues es necesario desarrollar nuestro campo, teniendo en cuenta que hay un crecimiento de la demanda proyectada para los productos agrícolas y una necesidad de seguridad alimentaria.

[1] Con respecto a baldíos e incidencia social, ambiental, etc. se puede mirar el caso de la Ley Nº 70 de 1993 en materia de territorialidad, ambiente y diversidad biocultural: - En la cual se propone avanzar y explorar posibilidades de titulación colectiva de tierras baldías en regiones diferentes al Pacífico, tales como la cuenca del Caribe, el Putumayo, entre otras; para aprovechar el potencial alimenticio, cultural, farmacológico, medicinal, ornamental, ecoturístico, pesquero, entre otros.

[2] Como información complementaria el Banco Mundial dispone de un indicador de ruralidad: el Rural Index. Aunque Colombia es un país crecientemente urbano, la población rural es todavía un tercio. A través del uso de una metodología del Banco Mundial, Rural Index, que mide la población rural y urbana para cada municipio, vemos que Colombia tiene un gran sector rural, que debe ser un tema central en las políticas de desarrollo. Según el Índice de Ruralidad, el 75,5 por ciento de los municipios colombianos son rurales, viven en ellos el 31,6 por ciento de la población (no el 25 por ciento, como se dijo el Censo 2005) y representan el 94,4 por ciento del territorio (Barnett, 2007). También se puede resaltar según información provista por la Instituto Geográfico Agustín Codazzi que mucha tierra de vocación agrícola es todavía empleada en la ganadería (Kalmanovitz 2006)